EL SECRETO DEL GENEROSO.

Ayer me encontré con un amigo, un hombre de Dios y un hombre muy adinerado; al verme desde lejos me saludo muy efusivamente, yo me acerque y correspondí su saludo de forma cordial, como sé  que   maneja muchos negocios le pregunte: Hermano Elkin ¿Como van sus negocios? Soltó una carcajada, de esas que lo distinguen y me respondió: Dirás los negocios del Señor, yo simplemente soy  el administrador; hacen veinte años que le administro a Dios y desde entonces vivo relajado. Después de estrechar mi mano me dijo  en voz baja, el día que me vaya con el Señor, nada me voy a llevar, ni la camioneta, ni las casas, ni las fincas; solo la  satisfacción de haber sido fiel a Dios. Luego con una sonrisa de oreja a oreja me dijo “pero ha bueno que la he pasado”.

ALABASTRO Y PERFUME

 Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.(Marcos 14:3)
Cuando era un adolescente; vivía a la orilla del mar  (Triganá  Chocó; quizás alguien conozca esta hermosa tierra) me gustaba caminar por la playa y recoger cositas que desde el golfo el mar  botaba (los barcos que llevaban contrabando desde panamá; cuando eran perseguido por la aduana; tiraban muchas cosas al mar) mis hermanas y yo encontrábamos balones,  carros de juguete, muñequitas de plástico, figuras extrañas y hasta latas de cerveza.

EL PRECIO DE UNA BENDICIÓN.

“Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Génesis 32:28”
Lectura: Génesis  32: 22-31
 “Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc.  Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía.
Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.
Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.  Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.  Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.
Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.
 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.
Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera”. 
Jacob, es el tipo de persona a la que todos generalmente admiran; inteligente, astuto, sagaz y para colmo; amado de Dios. Pero las personas, con esa arrolladora personalidad también luchan con defectos tales como la autosuficiencia, la prepotencia  y la falsa seguridad.

NECESIDAD DE DIOS

“Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”
Es  una época en que las personas creen no faltarle nada; pero también  es el tiempo donde más necesidades hay.
Estamos en nuestra casa y nos provoca un plato especial, solo es pedirlo al restaurante más cercano  y en cuestión de minutos esta en nuestra mesa,  queremos escuchar música y tenemos para escoger entre un millón de artistas, las últimas películas, están al alcance de nuestra mano, deportes, vinos exquisitos, transporte, tecnología,  fragancias; conocimiento de cualquier tema, quince minutos de investigación en el internet y ya está satisfecha nuestra curiosidad; podríamos decir, que no nos falta nada para ser felices. Pero, la realidad dice, que aunque tenemos todo, somos infelices, no nos satisface nada; cada día,  hay más drogadictos,  más pornografía,  más suicidio, más  desesperanza, angustia, dolor y vacio en el corazón.