Cuando muere un grande se estremece el mundo; murió Tony Scott, uno de los más grandes cineastas
de los últimos años y quien catapulto la carrera actoral de Tom Cruise con el
filme Top Gun.
La muerte de este
hombre no es sorpresa, al fin y al cabo, todos debemos morir, en teoría; lo que
sorprende es que este hombre se haya suicidado arrojándose desde un puente en
el estado de california.
Era un hombre, apuesto con dinero fama y fortuna.
Cuando muere un pequeño, solo se enteran sus vecinos sus familiares y algunos
amigos; y si es una muerte trágica, algún periódico amarillista escribe la nota
con tintes dantescos de tragedia anunciada.
Ayer murió, un humilde celador de un colegio de la ciudad y
la noticia, apareció en los principales diarios locales: suicidio número 40 del
año 2012 en el departamento de Córdoba Colombia.
Era un hombre, sencillo y servicial con esposa y dos hijos
que le amaban.