Inevitablemente dos proyectos serán
aprobados muy pronto en Colombia; el derecho al aborto y legalización de los
estupefacientes.
Algunos cristianos se
escandalizaran por lo que voy a decir; pero quiero decir que no lo digo a
nombre de ninguna misión en particular; lo digo a nombre propio: Basta de orar
para ponerle trabas a estos proyectos, basta de rogarle a Dios que no permita
esto; con su oración o sin su oración esto será aprobado; el común de las
gentes quiere eso, el pueblo ha llegado a una deserción moral tal, que lo que menos le importa es discutir
esos temas; para ellos hay temas más importantes; tan importantes como frívolos.
Por ejemplo: cuál es el jugador de futbol que más dinero gana, donde se presentara Leidy Gaga,
cual es la telenovela de moda, etc.
La mayoría de personas ya no
quiere pensar, por eso se venden tan bien, los últimos accesorios tecnológicos que
piensen por nosotros “la ley del menor esfuerzo esta en moda”.
Hubo una época, en que el consumo
de tabaco era prohibido; hubo una época en que la distribución del alcohol era
penalizada con cárcel y muerte; pero todo esto fue legalizado y aunque aun hoy,
hay miles de muertos por el uso indebido
de estos elementos, a pocos les importan
las estadísticas. Fumar o tomar licor, es una decisión personal.
Pero queridos hermanos de las
iglesias cristianas del mundo ¿cree usted que por que le digo, que no ore, por
el tema propuesto, está usted exonerado de sus responsabilidades como cristiano?
De ninguna manera, ahora es
cuando más trabajo tiene la iglesia del Señor; cuando las autoridades policivas
y gubernamentales no harán nada, no condenaran a nadie, no interrogaran a
nadie, sobre cuántos abortos se ha practicado, sobre si es un expendedor de
droga o un consumidor; ellos no harán nada, así como ahora no controlan el
cigarrillo, ni tampoco las bebidas embriagantes, así tampoco harán nada, contra el consumo de
drogas y el aborto.
A la iglesia, le corresponde
ahora, apelar a la conciencia del ser
humano, para hacerle entender que lo que hace no está bien, que lo que hace
destruye a la familia; que lo que hace no le agrada a Dios.
A la iglesia le corresponde
ahora, ser la autoridad moral, para decir con autoridad; basados en el manual
de creación del ser humano (la Biblia) qué es lo bueno para el hombre.
Es sobre la iglesia, que recaerá toda
la responsabilidad, es ella, sus
miembros, sus líderes, los que llevaran un mensaje de esperanza a los que
sinceramente desean cambiar y ser transformados por el poder regenerador de Cristo.
La tarea del pueblo de Dios,
ahora se hace más peligrosa, porque serán los cristianos, los que le arrebataran
la presa, a los expendedores de vicio, los que proclamaran en las calles que el
aborto es pecado, si se realiza con maldad y con sevicia.
La oración del pueblo de Dios,
hoy debe ser, que el Señor nos prepare
para hablar sabiamente a las personas que desean vivir en santidad, que nos de sabiduría
para orientar a los jóvenes en áreas como la sexualidad y la convivencia pacífica;
nuestra oración, debe ser que el Señor nos guarde de los asesinos y
derramadores de sangre, que no soportan, ni pueden vivir al lado del bien; y lo
mas importante, en nuestra oración debe ser, que cuando el venga; nos encuentre
haciendo lo que El nos encomendó.
Sinceramente.
Walter Borja
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