EMBAJADORES DE DIOS
Uno de los cargos que más anhelan los personajes de la vida política de una nación es, ser Embajadores de la Republica, ante otra nación; consideran éste título admirable y se sienten orgullosos de representar a su nación frente a un imperio, un estado o una republica. De hecho muchas veces el premio que se le otorga a una persona por haber ejercido bien un cargo encomendado, o haber servido con dignidad y respeto a la patria, es otorgarle una embajada en un país exótico y lejano.
1- ¿Qué es un Embajador?
Un embajador es una persona que representa a una nación frente a otra; tiene el alto honor, de ser el representante legal de un monarca o de su gobierno; goza de toda la confianza y credibilidad de su superior, quien; lo ha comisionado para tal fin.
Es la parte “visible” de un reino desconocido, frente a otro que quiere saber de él.
Asume su roll de mensajero, diplomático, emisario, enviado o representante; es decir; está comprometido cien por ciento en las labores encomendadas por su Presidente, Monarca, Rey o Señor.
2- Características de un Embajador.
Una de las características más llamativas de un Embajador es que se interesa por conocer de su país, sabe de memoria su historia y geografía, conoce la idiosincrasia de los suyos, siente amor por su tierra, y siempre está dispuesto a comentar las bondades de su país, donde quiera que esté.
Tiene una conducta intachable, es cortés, respetuoso y amable y cuando tiene que hacer algún reclamo lo hace con decoro para que no murmuren de su país, por culpa de él.
Nunca habla en nombre propio, ni busca el beneficio personal si no que los intereses de su superior priman sobre los suyos y todo lo que hace es para enaltecer el buen nombre de su Rey o Monarca.
3- Funciones de un Embajador.
Motivar a los ciudadanos del lugar donde se encuentra; para que se interesen por conocer su país; es decir, su lengua, sus costumbres, su cultura, etc.
Quitar los prejuicios o conceptos errados que haya sobre su país diciendo la verdad.
Como diplomático que es, sus armas de convencimiento, son sus palabras.
Si algún conciudadano, cae en desgracia, es quien le extiende la mano y si es necesario repatriarlo, hace todo lo posible para volverlo a su país de origen en bien.
4- Privilegios de un Embajador
Goza del respeto, admiración y cariño de su Monarca.
Disfruta de lo mejor del reino y tiene comunicación directa con su Rey.
Cuando termina su servicio como Embajador, goza de una pensión vitalicia.
Tiene inmunidad diplomática; su rey le protege y cualquier agravio; cualquier ofensa que se le haga al embajador, el Rey lo toma como si la ofensa fuera contra él mismo.
Creo que está claro, que ser embajador de Cristo, aquí en la tierra, es un privilegio del que podemos gozar todos los que le hemos aceptado como nuestro Rey, Monarca Salvador de nuestras almas; este privilegio, no se compara a ningún galardón otorgado aquí en la tierra a las personas que ocupan estos altos cargos, el reino que representamos es celestial y al Rey que servimos es aquel a quien pertenecen todas las cosas tanto en los cielos como en la tierra.
Quizás durante mucho tiempo, te has comportado como un ciudadano del reino de los cielos y eso está muy bien; pero el Señor hoy te dice; que además de ser un ciudadano ejemplar del reino de los cielos también quiere que lo representes como su Embajador en todos los reinos del mundo, con todas las implicaciones que esto conlleva, para así deleitarte con todos los privilegios, todo el honor y todas las bendiciones que disfruta un embajador.
¡Vale la pena, ser Embajadores de Dios!
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