Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.(Marcos 14:3)
Cuando era un adolescente; vivía a la orilla del mar (Triganá Chocó; quizás alguien conozca esta hermosa tierra) me gustaba caminar por la playa y recoger cositas que desde el golfo el mar botaba (los barcos que llevaban contrabando desde panamá; cuando eran perseguido por la aduana; tiraban muchas cosas al mar) mis hermanas y yo encontrábamos balones, carros de juguete, muñequitas de plástico, figuras extrañas y hasta latas de cerveza.
Un día en mi caminata, encontré; un frasquito negro de tamaño mediano; de tanto ser arrastrado por las olas; se le había borrado hasta la etiqueta grabada en el mismo frasco; pero aun muy opacas se le alcanzaban a dilucidar algunas letras; algo como “perfums of parís”; mi padre que iba conmigo me dijo jocosamente (perdonen la expresión) “pendejo es un perfume”. Lo destapamos y al destaparlo; la fragancia mas rica se esparció por todo el espacio; de verdad, era un perfume y… ¡estaba lleno! ¡Todo para mí!
A pasado el tiempo y he tenido muchas colonias y muchos perfumes; pero ninguno como aquel, sobre todo porque es un olor que recuerdo de mi adolescencia.
Viene a mi memoria esta anécdota, porque hoy precisamente, vamos a hablar de un frasco de perfume; aquel perfume de nardo puro, con el que María perfumó a Jesús. Y vamos a hablar de los dos elementos que formaban esta ofrenda; porque en si fue un detalle muy significativo este regalo, algo que Jesús nunca olvidaría, tampoco María; ni el círculo de amigos que se encontraban allí reunidos. Un detalle costoso, significativo y especial.
Les decía que dos elementos forman este detalle de “fina coquetería “(como dirían las señoras pupis) sí; el frasco y el perfume.
Dice la palabra de Dios, que el frasco era de alabastro; alabastro era un material que en la antigüedad se utilizaba especialmente para estos menesteres; aun hay minas de alabastro en España; es común y de poco valor; es un material parecido al yeso, de aspecto semi transparente y el cual se puede tallar, para hacer figuras con él, puede ser perforado para inyectar liquido o material solido en él; en este caso perfume.
Para mí, se desprende una enseñanza muy grande a partir de saber que el frasco, vaso o recipiente en el que estaba el perfume era de alabastro; nuestra vida sin Dios, es como ese recipiente de alabastro; es común y de poco valor, esta vacía por que le falta el perfume que hace aquel recipiente agradable, es cierto que puede ser tallada, aparentemente se puede convertir en una figura llamativa gracias a la obra del escultor, pero seguirá siendo solo el recipiente que le falta el perfume que le da valor y elegancia.
La preparación intelectual, los cursos y las maestrías, los libros de superación personal, el rose social y la empatía, nos hacen ese frasco tallado, hermoso y elegante, ese recipiente atractivo y distinguido; pero solo el perfume de la gracia de Dios, nos da un valor agregado, que nadie nos puede quitar; el frasco en el que se ha envasado un perfume fino, jamás volverá a ser igual.
Dice la palabra de Dios, que el perfume era Nardo puro; este perfume es un aceite extraído de la planta del mismo nombre; es una planta sencilla de tallo leñoso; el proceso de extraer el perfume es complicado y costoso, era un perfume que solo tenían los reyes o familias muy pudientes. Pero Dios siempre prepara los tiempos y las ocasiones como él quiere; esta sencilla mujer, tenía un perfume que al precio de hoy debería estar costando aproximadamente un millón doscientos mil pesos ¿Alguien acá usa un perfume de ese precio?
Bueno en realidad, no me interesa saber que perfume usa usted, lo que si me gustaría preguntarle es:
¿Que perfume le estas ofreciendo al Maestro?
¿Es tu vida un perfume grato y agradable para Dios?
¿O es sencillamente tu vida, un frasco hermosamente tallado; pero vacio por dentro?
Me atrevería a decir, que cada uno de ustedes tiene un grato perfume para ofrecerle a nuestro Señor, que cada uno de ustedes, anhela ser ese nardo puro que agrade al olfato de todos, esa fragancia que llena el espacio de rico olor.
Dice la biblia, que la mujer quebró el frasco de alabastro… a veces se hace necesario quebrar el frasco, romper con todos esos conceptos de religiosidad y perfección que tenemos, para que de verdad, seamos personas agradables a los demás; para que de verdad agrademos a Dios; y siempre habrá personas que dirán: mira que desperdicio, mira que estas desperdiciando tu tiempo y tu vida allí; pero tu sabrás que estas agradando a Dios; porque dentro de tu corazón abra mucha paz y una voz en tu interior; la voz del Espíritu Santo; te estará diciendo “ es necesario el alabastro y el perfume para agradar a Dios y tu eres ese detalle, ese regalo especial.”
Quiero terminar con una reflexión que extraje de mi experiencia del perfume que me encontré en el mar “no sé cuánto tiempo rodó ese frasco, cuantas olas lo arrastraron y lo marcaron, tanto; que hasta su nombre perdió; pero el perfume, jamás perdió su fragancia; no importa las dificultades que te toque enfrentar y las duras experiencias que te toque vivir; jamás piernas tu fragancia; eres el perfume mas fino que existe porque eres hechura de Dios.
Bendiciones.
Wal-Bor
Qué maravillosa esta enseñanza! Te alabo Señor! Jesús eres mi Salvador y mi Rey Soberano ! Aleluya
ResponderEliminarLa palabra mala no va de acuerdo a la enseñanza, se pudo haber cambiado o usado otra palabra. De la abundancia del corazón habla la boca.
ResponderEliminarDtb